Por Abelardo Abelenda desde la cuna de la civilización occidental.
El Partenón
Como dijo una ilustre conocida, lamento informar: “el Partenón está todo roto, son un montón de piedras viejas”. A pesar de ello se pueden apreciar las formas y los volúmenes, símbolo del esplendor de la Grecia clásica, origen de nuestra cultura y pensamiento.
Mykonos
Santorini
El Partenón
Como dijo una ilustre conocida, lamento informar: “el Partenón está todo roto, son un montón de piedras viejas”. A pesar de ello se pueden apreciar las formas y los volúmenes, símbolo del esplendor de la Grecia clásica, origen de nuestra cultura y pensamiento.
Lo que me llamó la atención, es el esfuerzo que ponen los griegos en tratar de reconstruir su memoria, a partir de pedacitos, piedras rotas, ultrajadas por todos los imperios que pasaron después del suyo: romanos, cristianos cruzados, ortodoxos, venecianos y turcos otomanos.
Los creadores de la democracia tuvieron que soportar miles de años de invasiones y dictaduras, políticas y económicas.
Mykonos
Los griegos son un pueblo bien marinero. Los principales colores ya se presentan en su bandera y rompen los ojos: el azul del mar y el blanco de la espuma. Para disfrutarlos a pleno, se debe ir a una isla y agregar el arco iris completo de las flores, contrastando con el blanco rabioso de las casas y el azul profundo del cielo.
Mykonos es la isla más agitadora, donde se junta gente de todas partes del mundo. Las parejas son muy diversas, las hay de todo tipo y color. Cada uno en la suya, discretos, disfrutan de un lugar único que los recibe con respeto y alegría.
La isla es muy glamorosa, los negocios iluminados a giorno por la noche, con cientos de joyerías, tiendas de marcas internacionales, galerías de arte y diseño, delatan que el público es muy selecto.
Las discotecas en la playa comienzan sus fiestas a las 4 de la tarde. Los discjokeys agitan al pogo
internacional con el punch-punch de la música electrónica y el animador interactúa con el público:
- - Where are you from?
- - I am from Uruguay
- - ¡Oh yeah! ¡I love Urugay!
Santorini
Durante miles de años el hombre sobrevivió en este volcán-isla a terremotos y erupciones. Siempre buscando la forma de sacarle jugo a las piedras que forman su geografía.
La mayoría de los poblados se encuentran colgados del barranco, con vista a la hermosa Caldera del volcán que luego de la última erupción -hace 3500 años- se hundió y fue invadido por el mar generando un paisaje increíble, enriquecido por hermosas casas construidas en terrazas con vista a la puesta del sol.
Queda como testimonio del esfuerzo de otras épocas, los burros que hoy llevan a los turistas desde el puerto por un sendero zigzagueante que asciende 300 metros de altura hasta el pueblo. Antiguamente, los burros eran el único medio de trasporte para las mercaderías desde y hacia el puerto. Subido a uno de ellos, sintiendo el resoplar de su respiración agitada, entendí el olvidado origen de la frase “trabajar como un burro”.
La viña se planta sobre la roca volcánica, las plantitas son un pequeño arbusto rastrero que da algunos racimos. Generan un vino con denominación de origen Santorini, el “Vino Santo”, tan escaso como exclusivo . Como no llueve casi nunca, el rocío es su única fuente de agua.
El turismo, los vinos, los olivos y algunas hortalizas dan testimonio de la capacidad de adaptación del bicho gente a cualquier pedacito de tierra, por árido que parezca.
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Para ilustrar con música este paisaje del mar azul y blanco, de Algeciras a Estambul, sugerimos a Ana Belén y Joan Manuel cantando juntos en el siguiente link: http://www.youtube.com/watch?v=rJKtrYMU7tc
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