"No todo es como parece", me dijo bajando la voz mientras metía el ojo derecho en el ocular, cerrando el izquierdo al tiempo que con la mano libre me hacía señas para que me acercara. "Mire arriba, a la izquierda, es una constelación en formación .Ya le pondremos nombre; por el momento nos conformaremos con seguirla día a día".
Se hizo a un lado ofreciéndome el telescopio, sin separar la mano derecha del cañón y dejándome un espacio para que me acomodara al borde de la ventana acostumbrando mi vista al túnel oscuro del cilindro metálico .
Al final del recorrido, la claridad de encendido paulatino dibujaba un firmamento nada común, en modo alguno parecido a lo que pudiera ser un cielo terrestre. En lugar de estrellas, decenas, cientos, miles y más miles de almas bailaban en el vacío más allá de la atmósfera, mudas, inertes, sin brillo estelar, casi exhaustas en el fondo negrísimo del telón sin luz.
Almas nuevas, antiguas, gruesas, otras flacas, pálidas, con cicatrices, almas infartadas, con injertos, engripadas, contaminadas, con válvulas o sin ellas, extraviadas, algunas latiendo rápido, otras cansinas, todas colgadas en cuerdas invisibles de ropas tendidas más allá del alcance de una mirada poco atenta.
Abajo, muchos, miles de seres diferentes y sin alma atestaban las calles, los parques, los aeropuertos, las fiestas, los estadios, las escuelas, las playas, las casas de gobierno, los hospitales, las cárceles, los sepelios, los moteles, las asambleas, las tiendas, los puertos, los conciertos y los cines.
Todos sin alma, y sin saberlo .
Comentarios
¡Tremendo, Flaco!
Me hizo acordar a un cuento de Arthur C. Clark (el de 2001: Odisea del espacio) en el que comenzaban a nacer bebitos que morían al poco tiempo; resulta que el número de personas que habían vivido era igual al número de personas vivas y ya se habían terminado las almas disponibles. Los que nacían sin alma, sobrevivían poco tiempo.
Trancazo
Excelente!!
Anónimo
Tremendo!!! Felicitaciones
Anónimo
¡Tremendo, Flaco!
ResponderEliminarMe hizo acordar a un cuento de Arthur C. Clark (el de 2001: Odisea del espacio) en el que comenzaban a nacer bebitos que morían al poco tiempo; resulta que el número de personas que habían vivido era igual al número de personas vivas y ya se habían terminado las almas disponibles. Los que nacían sin alma, sobrevivían poco tiempo.
Excelente!!
ResponderEliminarTremendo!!! Felicitaciones
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