 Nadie puede dudar de que Nicola Gino Pastrami fue el más afectado por su propia muerte, la que le resultó completamente inesperada, sobre todo teniendo en cuenta de que no contaba con ningún antecedente personal. Hasta ese momento siempre había estado con vida y dejar de estarlo de pronto, le supuso una tremenda impresión que, si bien le duró poco pues de inmediato se murió, le acompañó hasta el final. Quienes presenciaron sus últimos momentos
han comentado que, con los ojos exageradamente abiertos, se incorporó a
medias y con voz temblorosa dijo: —¡No somos…! —y se desplomó como
fulminado por un balazo en la cabeza. Hay fuertes rumores de que así sucedió,
en efecto y que fue su propio sobrino presente quien le disparo a quemarropa;
el muchacho habría dicho que lo hizo porque no soportaba ver sufrir a su querido
tío. Este
es un punto muy oscuro de la historia, pues ha sido difícil conseguir
testimonios directos de quienes estaban en esos momentos; algunos han
desaparecido sin rastros útiles, otros se dice que se acogieron a un programa
de protección de testigos a cambio de información sobre las operaciones de la
organización y los restantes ingresaron a un monasterio con estrictos votos
de silencio. Ciertos datos refieren a que el «querido
tío» no sería el asesinado si no su hermano menor quien estaba experimentando
el avance en su territorio de las fuerzas de Nicola y por ello sufría
bastante. ComentariosQue genialidad!!!! |
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Qué genialidad !!!!
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