In Invernum qualqum soreteae fiumo expelent

DEFINICIÓN


galanga (diccionario de la real Academia Española)

3. f. Bacín plano con borde entrante y mango hueco, para usar en la cama.

sábado, 27 de agosto de 2022

Recuerdo escolar

por Trancazo

Tengo un recuerdo nítido de un compañero de escuela, Mutualisto «el Astilla» Leites Sánchez; también algunos le decían «Mutu», pero a él no le gustaba ni su nombre ni su diminutivo. «El Astilla» hablaba poco, casi nada; lo hacía cuando no tenía más remedio, cuando lo obligaban, sino se quedaba callado. Esa característica le daba cierta fama de bobo entre los que no lo trataban, pero no lo era. Él estaba atento a todo lo que ocurría, no le daba por hablar, nada más, ni en la clase, ni en el recreo. Cuando decía algo lo hacía en voz baja, clara y con las mínimas palabras posibles, como ahorrándolas.
            Como durante dos semanas la maestra nos estuvo «entrenando» para la visita de la inspectora; memorizábamos poemas, las tablas de multiplicar y las respuestas a algunas preguntas que seguramente eran rituales específicos en esas solemnes situaciones. Llegó el día de la inspección. La maestra parecía otra porque nos trataba de un modo diferente al habitual, como si no nos conociera o como si nos quisiera mucho; nos hablaba de «tú» y pronunciaba lento como a lentos. La inspectora no caminaba, desfilaba; tenía tanta pintura en la cara como un murguista en el tablado. Tenía los ojos de lechuza y movía la cabeza como que fuera una. Con la lista en la mano, iba llamando con un potente grito de trompeta que se debería escuchar en toda la escuela y disparaba una pregunta:
—¡Andrés Rodríguez! ¿Cuál es la capital de la República Argentina?
—¡Sebastián Antías! ¿Cuál es el resultado de multiplicar 7 por 10?
 —¡Anaclara Domínguez! ¿Quién descubrió América y cuándo ocurrió?
—¡Mutualisto …! —se detuvo. Levantó la vista de la lista, giró para todos lados su cabeza de lechuza buscando, al tiempo que intentaba refrenar una carcajada que le dejaba una mueca espantosa en la cara maquillada.
«El Astilla» se paró despacio al lado del banco, miró a la inspectora y con su voz baja, pero clarita, le dijo:
— Andate a la puta que te parió —y se fue al patio, solito.


Comentarios


Jajaja. Me hiciste reír con ganas. Yo tenía un compañero así. Que la clavaba en el momento justo!
Carmiña

Muy bueno!!!
Fernando Machado

2 comentarios: