A todos nos ha pasado alguna vez que alguien nos dejó
utilizando la odiada (y causa de homicidio justificado) frase: “No sos vos, soy
yo”.
En general, nos enojamos mucho, nos sentimos heridos y no nos
detenemos a analizar qué hay detrás de esa frase.
Reflexionando sobre el tema se me ocurrieron tres
probabilidades:
·
Quien
te deja con ese argumento es un/a reverendo/a pelotudo/a que no tiene los
huevos/ovarios de decirte la verdadera razón.
·
Que
en realidad sea cierto y no seas vos el problema, sino que él/ella sí es un
raye con patas y que lo mejor que te puede suceder es que se aleje de tu vida.
·
Que
el/la pelotudo/a sos vos por haberte enganchado con alguien que, evidentemente,
no te llegaba a las suelas de tus zapatos.
A esta altura de mi vida, y después de haber recibo un par de
“No sos vos, soy yo”, he comprobado que la pelotuda SOY YO.
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