El marido, marino mercante, llevaba casi 3 meses en la mar. Cuando baja a puerto se toma un taxi, llega a la casa, tira sus bultos y le dice a la mujer:
- ¡No aguanto más! ¡Vamos a la cama YAAAA!!
Y casi sin pestañar la mujer y él están desnudos en la cama.
El tipo venía con tantas ganas que comienza a hacer el amor frenéticamente, si parar, con una fuerza en cada empellón que golpeaba la cabecera de la cama contra la pared. Y una y otra vez y otra ... sin parar.
En el medio del golpeteo se escucha la voz furiosa del vecino que golpeando la pared les grita:
-¡Por favor! ¿Pueden parar? ¡Será posible que todas las tardes sea lo mismo!!!
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