La frase del viernes. Cómo va a ser un crack

En Uruguay prendió fuerte aquello de que "naides es más que naides". La mayoría de los orientales profesa el ateísmo o la religiosidad barata. Somos pocos y nos conocemos todos. En estas condiciones, está bravo para que aparezca un crack.
Por Abelardo Abelenda

Por la forma de pararse en el medio de la cancha

En Uruguay, cualquier hijo de vecino, en cualquier momento se puede cruzar con un famoso en la calle, hasta con el presidente, sin pompa, sin capangas. Si le pedís una foto, seguramente te la conceda.

Pocos meses después de sacarnos la foto con el ídolo, ante su primer traspié, cuando la magia  no le viene tan seguido, nos ocupamos de bajarlo de su altar. Para que aprenda, para que no se diferencie del resto, para que no saque la cabeza por demasiado tiempo de esta mesocrática sociedad atea y batllista.

Tal es el caso de Forlán. Le dieron el botín de oro del mundial de sudáfrica 2010, aunque haya jugado en un equipo que no salió campeón, ni segundo, ni tercero.

De aquí al próximo mundial 2014, Forlán es el rey del futbol en el mundo, menos en Uruguay. Su arte y sus miles de horas de entrenamiento sistemátco, fueron fundamentales para que este pequeño país, llegue a obtener un increíble cuarto puesto en una competencia que incluye a 200 equipos.

Caminando por las calles llenas de negocios de la parte vieja de Estambul, a la sombra de enormes banderas del Galatasaray y el Fenerbahce, nos resultó maravilloso no tener que explicar que era Uruguay y donde quedaba. Decíamos "somos de Uruguay" y enseguida nos respondían:  "Muslera" (que juega en el Galatasaray) y "Lugano" (que fue capitán del Fenerbahce) y a continuación nos decían Forlán. Esto último nos llamaba la atención porque nunca jugó en Turquía, hasta que nos acordamos de que fue el mejor jugador del último mundial. Ahi me acuerdo de que no fue la pulga Mesi, fue Forlán.

Otro día, volviendo al hotel, vimos en la tele de un bar que Forlán se agarraba la cabeza. Nos sentamos a ver lo que quedaba del partido de la Copa de las Confederaciones. El rubio había errado un penal. En ese instante, las redes sociales uruguayas pedían la cabeza del ídolo, que se jubile, que no lo pongan más, etc, etc. Mientras eso pasaba por las cabecitas de los siempre insatisfechos y desagradecidos, los turcos con los que compartíamos una cerveza y la tele en el boliche, gritaban por Uruguay, mandaban la vuelta y se alegraban de tener a dos oriundos de esa remota tierra celeste, cuna de campeones. Nos comunicamos y disfrutamos, gracias al lenguaje universal del fútbol, carta de presentación para todos los que nacimos en esta tierra.

Para ir redondeando, se me ocurre una frase maravillosa en una crónica de los años 50 -creo que de el Hachero, Julio César Puppo- que sintetiza el problema de los ídolos en Uruguay:

"Cómo va a ser un crack si vive a la vuelta de mi casa"

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Por la forma de pararse en el medio de la cancha,
de matarla con el pecho, de volar hasta la raya,
no se sabe con que pie se les va a ir otra vez,
con una moña fugaz o sirviendo una pared.
...
Como quiebra la cintura y la razón
y se acomoda en el aire, pájaro,
para pintarle ese gol al domingo.
Por la forma de cambiarla, sin hacer una de más.

Por esa comba exquisita, que se anticipa al azar,
no se sabe con que pie se desmarcará otra vez
de las canillas del back en su camino a la red.
Por la forma de pararse para patear el penal,
donde se lo juega todo, sin revancha ni "replay".

"Al fondo de la red" Mauricio Ubal

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Me saco el sombrero por el 10 -que es humano y puede errar un penal-, por todos los que metió canto con Mauricio Ubal "Al fondo de la red".
Para escucharlo oprima aquí .> http://www.youtube.com/watch?v=ttz11A8PQTw