Era el año 1980 y nuestra colega argentina, la revista Humor
(R) publicaba esta increíble obra de María Elena Walsh. Si nuestro actual lector
pudiera ponerse en los zapatos que se calzaban por esa época y por estos
lugares (1980, plenas dictaduras) podrá entender a cabalidad el enorme valor de
estas palabras.
Sepa por qué usted es machista por María Elena Walsh
1. Porque le falta el principal de los sentidos: el del
humor.
2. Porque se siente Dios, aunque no sea Ministro.
3. Porque cree todo lo que le dicen los medios (o miedos) de
difusión de la Argentina actual, y ya tiene el cerebro más lavado que mate
cebado por un polaco.
4. Porque su mamá es una santa, por lo tanto las demás
mujeres son unas brujas.
5. Porque su mamá es una bruja, por lo tanto las demás
mujeres también.
6. Porque no tiene mamá y no consigue quien lo mime.
7. Porque en realidad le gustan más los hombres, aunque no
ejerza.
8. Porque quiere hacer mérito ante los centros de poder,
exclusivamente masculinos: empresariado, Fuerzas Armadas, animadores de TV, deporte,
sindicatos, clero, pompas fúnebres, etcétera.
9. Porque todo ese asunto de la gestación y el parto le da
miedo y asquete, como la educación sexual al Ministro de Educación.
10. Porque usted tiene los mismos atributos de Woody Allen
pero no le dan el mismo resultado.
11. Porque no soporta la idea de un rechazo sexual hacia
usted o hacia otro, y cree que la bella siempre debe estar a disposición de la
bestia.
12. Porque usted no vive en el presente (y para eso lo
ayudan mucho) sino en la prehistoria mental, y se da manija con tangos del 40.
13. Porque usted es burro y en lugar de corregirlo con
tiempo y esfuerzo lo disimula con agresividad.
14. Porque usted es culto pero culturiza fuera de la maceta,
y leyó a Julián Marías y no a Simone de Beauvoir.
15. Porque en el fondo es antisemita, antinegro, antiobrero,
antijoven, pero como eso ya no corre se desquita con la misoginia, que aquí y
ahora viene con premio (pero no se descuide: por poco tiempo más).
16. Porque usted ama el orden por sobre todo, y cada cosa en
su lugar las mujeres en la cocina (o en cueros en tapas de revistas), y
Pinochet, Castro y García Meza en el poder.
17. Porque cree que la inepcia es cuestión de sexo, que es
como creer en la cigüeña o en elecciones inminentes.
18. Porque teme que las mujeres hagamos rancho aparte, y no
piensa que son los hombres quienes lo inventaron y perpetúan. (Ver punto 8.)
19. Porque supone que la mujer quiere imitar al varón, y no
sabe que antes muerta que imitar a semejante fabricante de desastres, desde la
guerra atómica hasta el IVA.
20. Porque le gusta que al mundo lo manejen los
colectiveros.
21. Porque tiene mucha paciencia para dejarse pisar la
cabeza por cualquier matón y muy poca para comprender errores de mujeres, que
al fin y al cabo son, históricamente, debutantes en la mayoría de las
profesiones.
22. Porque teme que las mujeres "pierdan la
femineidad", cosa imposible de perder, salvo que usted llame así a cosméticos
y pilchas.
23. Porque usted teme que le roben algo y no sabe bien qué,
a pesar de que a diario lo saqueen y basureen, y no precisamente las mujeres.
24. Porque es sincero, y vale más machista recuperable que
"feminista" patrocinante como un papito que a las pretensiones
femeninas dice que sí, PERO...
Ahora ya sabe. Con estos 24 puntos usted ahorra años y
fortunas en psicoanálisis. Usted puede ser hombre o mujer, el machismo tampoco
es cuestión de genes: poca gente más machista que algunas mujeres, sólo que ellas
lo son por instinto de conservación, por despiste, por imitar a los hombres,
por comodidad o porque así las dejan hablar por TV. Usted también lo es por
todas estas razones pero además porque se cree superiorcito: hace unos 10.000
años que le pasan el aviso y claro, usted sigue comprando un producto
inexistente. Ahora puede seguir siendo machista, pero con apoyo logístico. No
se trata tampoco de ejercer la represión desde estas páginas. Es posible que la
perseverancia le acarree aplausos y sensación de deber cumplido, amén de las
palmadas de la patota. Pero ojo que no hay premio mayor que saberse persona
inteligente y civilizada. Si no opta por eso, estará contribuyendo a la contaminación
mental, que es la que nos mata. Y no la humedad. Estará inflando la maquinaria
del prejuicio y la prepotencia y al fin se va a quedar solo como un ciempiés,
de luto, convertido en Drácula de utilería y en hazmerreír de las criaturas
primaverales.
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